Morir sin dolor
Vivir en Colombia tiende a ser indigno y dificultoso, pero morir puede ser aún peor: la poca aplicación de las leyes sobre cuidados paliativos y una nociva reglamentación para el acceso a opioides –empeorada por la infructuosa guerra contra las drogas– son el círculo vicioso que les impide a miles de personas enfermas morir dignamente.
POR Isabel Pereira Arana

Ilustración de Katty Huertas
ACERCA DEL AUTOR
Politóloga de la Universidad de los Andes y magíster en estudios de desarrollo, con énfasis en conflicto y construcción de paz, del Instituto de Altos Estudios Internacionales y del Desarrollo de Suiza (Iheid, por sus siglas en francés). Su interés se centra en el impacto de las políticas de drogas en el desarrollo rural, la salud pública y los conflictos armados. Actualmente coordina la línea de política de drogas de Dejusticia.